miércoles, 15 de agosto de 2012

Transporte público: un derecho a conquistar

En la última década la ciudad de Junín ha crecido exponencialmente. Su expansión ha sido anárquica, sin planificación alguna y sin previsibilidad.
Por supuesto eso se ve agravado en los barrios más alejados, que no cuentan con los servicios públicos necesarios y quedan aislados de la vida comercial, laboral, educativa y social de la ciudad.
El traslado tampoco es parte de ninguna política de planificación. La accesibilidad a las motos, producto de las facilidades para la compra, resolvió en primera instancia la movilidad de vastos sectores sociales. Comenzó como una moda entre los jóvenes, pero hoy es el único medio de transporte posible para miles de familias juninenses.
Por supuesto, nuestros abuelos deben trasladarse en remise o en taxi, con el costo que eso implica.
Mientras tanto, el caos vehicular y los problemas para estacionar, los vivimos cotidianamente.
En este sentido, abrir el diario y encontrar noticias de accidentes que cuestan la vida de muchos vecinos, otros que dejan secuelas y heridos, es algo que nos duele.
Las estadísticas son contundentes. Pero quienes estamos en la función pública no podemos caer en respuestas impulsivas o demagógicas. Debemos proponer concretamente proyectos que traigan soluciones a las familias de nuestra ciudad.
El tema de la movilidad está profundamente ligado al tipo de ciudad que queremos y proyectamos. Es que de lo que se trata, es ni más ni menos que de brindar un servicio público para los vecinos. La idea de lo público, lo que es de todos, ha sido prácticamente abandonada por quienes conducen el Gobierno local desde hace casi nueve años.
Esto implica recuperar el sentido de lo colectivo, democratizar la ciudad con un transporte que permita que las familias lleguen a hacer los trámites, a los centros de salud, al banco, a la escuela, a los comercios, a la Laguna. Estamos hablando de mejorar la calidad de vida y, por qué no, de cuidar la vida.
Creer -a priori- que las familias de Junín prefieren ir en moto, aún con dos o más de sus hijos en peligro, porque así están más cómodos, es - como mínimo- irresponsable. De lo que aquí se trata es de dar a los ciudadanos oportunidades, alternativas para elegir. Opciones para la seguridad de su familia.
En definitiva, volver al transporte público será un hábito que deberemos ir estimulando y promoviendo, con tiempo y creatividad. Para eso está el Estado, para eso debe recuperar su rol preponderante. Garantizar oportunidades y servicios para todos. Si de lo que se trata es de presupuesto, el Gobierno local demostró esta última semana encontrar las herramientas privadas y de recaudación para resolver temas que están entre sus prioridades. Todos los municipios grandes han encontrado el camino para solucionar problemas de movilidad. Es que la voluntad política y la capacidad de gestión son determinantes. Por supuesto es un tema que deberemos debatir todos los juninenses. Intercambiar ideas, informarnos, conocer opciones, escuchar a funcionarios, empresarios, comerciantes, sociedades de fomento y diversas instituciones intermedias, a las escuelas, a nuestros jóvenes, son ejercicios que debemos recuperar. Esto también debe promoverse desde el gobierno, ya que funcionan si son espacios institucionalizados y legitimados para tal fin.
Sabemos que la movilidad es un derecho que hay que ejercer y construir. Con participación ciudadana, campañas de concientización, campañas de control serias, bien informadas, llevadas adelante por personal preparado para tal fin, relevamiento de esquinas, avenidas y calles más propensas a los accidentes, estadísticas serias, conformación de equipos interdisciplinarios, y tantas otras herramientas que pueden llevarse adelante con creatividad y voluntad, sumado a un recorrido de colectivos económico, previsible y seguro, que incluso hasta puede hacerse por etapas, con un buen asesoramiento de universidades, equipos técnicos y empresarios del rubro, podemos tener un sistema de transporte público acorde a nuestras necesidades, con respeto por nuestra idiosincrasia y efectivo.  
No podemos seguir improvisando; Junín se expande, el país crece, el mundo cambia. Debemos estar a la altura de la historia y pensar en políticas públicas que nos trascenderán. El derecho a la movilidad es una asignatura pendiente, que los juninenses debemos conquistar.

domingo, 12 de agosto de 2012

Este Domingo 12 de Agosto Los Socialistas para la Vicroria Festejamos el Dia del Niño en la casa de Coco


Este Domingo 12 de Agosto los Socialistas para la Victoria Festejamos el Día del Niño en la casa de Coco, Calle Chaco y Suipacha ( Barrio Capilla de Loreto) junto a todos los chicos y los padres en una tarde soñada.
Gracias a todos los que desinteresadamente colaboraron y aportaron su granito de arena para que en este día tan especial para los mas chiquitos, les hayamos podido regalar una sonrisa.



martes, 31 de julio de 2012

REPÚBLICA UNIDA DE LA SOJA: La deuda externa

REPÚBLICA UNIDA DE LA SOJA: La deuda externa: La semana que viene se van a pagar 2.200 millones de dólares de los Boden de este año. Acentuando los pagos que van de la mano con no contr...

miércoles, 18 de julio de 2012


DOCUMENTO CONFEDERACIÓN SOCIALISTA ARGENTINA
Un Socialismo Argentino, Popular, Democrático y Latinoamericano
El capitalismo global ha ingresado en una etapa donde el privilegio de los mercados financieros, bajo la conducción de un verdadero gobierno transnacional constituido por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio y otras organizaciones multilaterales, ha transformado a la producción, al trabajo, a los recursos naturales y al conocimiento en meros sujetos de especulación.
Esta nueva fase del capitalismo conlleva una de las más graves crisis en la historia de sus sucesivas convulsiones y conduce a los países centrales a proteger a sus entidades financieras con recursos provenientes de los ajustes y recortes al gasto social en todas las áreas, generando más pobreza, más desempleo y más desigualdad.
Por distintas vías, desde las imposiciones de la deuda externa, pasando por la desestabilización de los gobiernos democráticos, hasta los golpes de estado tecnocráticos y las guerras focalizadas, se intenta recomponer la resquebrajada división internacional del trabajo, reasignándole a los países emergentes y socios menores el rol de simples abastecedores de materias primas y capital humano barato, preservando para las economías centrales el papel de proveedores de productos industrializados, ciencia, tecnología y crédito.
Frente a esta nueva etapa, la socialdemocracia de los países centrales no prioriza la función del Estado, jerarquizando la producción y el trabajo sobre la especulación financiera, pierde la iniciativa política, se queda sin programa y ya no puede encarnar una alternativa creíble para los trabajadores. Contrariamente, desde el gobierno de varios de esos países, asume como propio el guión escrito por el gran capital.
La izquierda dogmática, por su parte, insiste en repetir consignas tremendistas según las cuales todo lo que no sea la completa abolición del capital significa complicidad con él, lo que invalida cualquier posibilidad de acumulación política mediante la conquista de avances progresivos y sin comprender, además, que en los países dependientes los objetivos de liberación nacional implican la construcción de frentes amplios con todos los sectores enfrentados al gran capital trasnacional y sus socios locales.
Así, este sector no logra superar su aislamiento y su condición de fuerza marginal desprovista de toda posibilidad de influir en la resolución del conflicto político que, en términos generales, refleja una circunstancia histórica que no pudo superar, el fracaso del llamado socialismo real como propuesta alternativa al capitalismo.
Epicentro del estallido de ésta última crisis, la mayor potencia mundial vive su propia declinación, militarizando las relaciones internacionales, apelando a la violencia desnuda para disciplinar regímenes y movimientos populares y amenazando con nuevas aventuras bélicas. Internamente, pugnan un presidente debilitado por su defección del programa que lo llevó al gobierno y varios candidatos republicanos todos declarados partidarios de la agresividad militar.
En este contexto mundial hostil y amenazador, América del Sur es escenario de un panorama político excepcional donde varios de sus países, lejos de plegarse al rumbo general de sometimiento al capital financiero, sus organismos y gobiernos que lo representan, desarrollan novedosas experiencias políticas. Con variados orígenes e historias diferentes, esos procesos tienen un común denominador: son proyectos nacionales independientes, cuya agenda integra los reclamos populares crónicamente postergados e incluye reformas democráticas progresistas.
Con ánimo peyorativo, el pensamiento neoliberal denomina a estas experiencias y gobiernos como “populistas”, ignorando que expresan gestiones de signo popular que por eso mismo cuentan con el apoyo mayoritario de sus pueblos, expresado en sucesivas elecciones libres y democráticas.
El Brasil de Lula Da Silva y Dilma Rousseff; la Bolivia de Evo Morales; el Ecuador de Rafael Correa; la Venezuela de Hugo Chávez; el Paraguay de Fernando Lugo; el Uruguay de José Mujica y el Frente Amplio, representan tentativas de avanzar en el camino de la igualdad social, de la profundización de la democracia y de la autonomía nacional, cada una con su propio modelo y su propio ritmo, sin copiar ninguna receta previa ni aplicar modelos preconcebidos. “Ni calco, ni copia”, como lo señalara el socialista peruano José Carlos Mariátegui.
Dentro de este grupo de experiencias resalta la que puso en marcha en la Argentina el gobierno de Néstor Kirchner en 2003 y que continúa ahora con el liderazgo de Cristina Fernández de Kirchner. Abandonando el proverbial aislamiento respecto del resto de América del Sur, nuestro país comenzó a estrechar olazos con la región y albergó un episodio central que comenzó a cerrar la etapa del llamado panamericanismo y consolidar el latinoamericanismo: el No al ALCA, frente al propio George Bush.
Avanzando en esfuerzos que posibiliten potenciar las economías nacionales en un marco común, el Mercosur, retomando el camino de la CECLA y el SELA y, sobre todo, haciendo realidad del sueño de nuestros libertadores, San Martín y Bolívar con la UNASUR, ésta construcción política permite ya conquistar la solidaridad de la región con causas como la de Malvinas.
Este camino de solidaridad regional no es nueva para los socialistas, orgullosos del aporte invalorable de compañeros que fueron pioneros en la construcción de la unión latinoamericana, como José Ingenieros, Manuel Ugarte y Alfredo Palacios.
El proceso abierto en 2003 ha generado un notable avance en diversos campos: la economía del país ha crecido a ritmo sostenido y lo ha hecho con inclusión social. El índice de pobreza, que había ascendido al 51% en el 2001, se ha reducido a menos de la mitad, del mismo modo que ha disminuido la desocupación situada hoy por debajo del 7 %. La Asignación Universal por Hijo como política pública inclusiva ha tenido efectos contundentes respecto de las condiciones de vida de los sectores mas castigados por la inequidad social. Ha recobrado vigencia la negociación colectiva, que protege el salario real de los trabajadores del sector formal y se ha mejorado sensiblemente la situación de los jubilados, tanto por el incremento de haberes como por la ampliación de la cobertura del sistema. La recuperación de los fondos previsionales capturados para la especulación financiera por las AFJP de Menem-Cavallo ha sido también un paso decisivo.

La política de renegociación de la deuda en default, y la eliminación del sometimiento al Fondo Monetario Internacional han contribuido poderosamente al fortalecimiento de la Independencia y la autoestima nacional. El Estado ha recobrado también el control de la aerolínea de bandera, las aguas corrientes, el correo, YPF y dotado al Banco Central de herramientas para que propicie activamente de políticas públicas ligadas a la producción y el empleo.
Son notorios los avances en materia de calidad institucional. Basta con recordar que se ha puesto fin a las aberraciones jurídicas que impedían la aplicación de justicia a los represores de la última dictadura militar, la renovación de la Corte Suprema y el proceso de ampliación de derechos a minorías que estaban privados de ellos, como lo atestigua la sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario, la Ley de Identidad de Género, la ley de Muerte Digna y, ahora, las iniciativas de reforma de los Códigos Civil, Comercial y Penal. La Ley de Servicios Audiovisuales que, tras un largo debate público y con la oposición cerrada de los grandes oligopolios de la información, permitirá la democratización de la información y el libre acceso a la cultura.
De modo que esta breve etapa de nueve años se ha caracterizado por importantes cambios en un sentido democrático y progresivo como no se había experimentado en la Argentina en más de medio siglo. La comprensión de las características de la etapa nos llevo a concluir, durante el gobierno de Néstor Kirchner, que los socialistas de Argentina debíamos respaldar franca y decididamente el proceso de reformas e integración regional, sin perder de vista el camino pendiente que aun falta recorrer para alcanzar el irrenunciable objetivo de la igualdad social, camino que sabemos es muy largo y está lleno de obstáculos.
Sin ir mas lejos, a poco de iniciado el proceso de cambio que arrancó en el 2003 se conformó un bloque opositor heterogéneo, llamado parlamentariamente Grupo A, sin otro proyecto propio que la vuelta al pasado, pero con la fuerza que le confiere la participación decidida de los poderes fácticos junto a las fuerzas políticas de derecha. El poderío de ese bloque opositor se evidenció durante el conflicto por la aplicación de retenciones móviles a la exportación de soja, con los pooles de siembra, los rentistas y empresarios agropecuarios que nada tienen que ver con aquellos chacareros y aparceros que protanozaron el glorioso grito de Alcorta en junio de 1912.
En este contexto, no es un dato menor el hecho de que el sujeto social que apoya y sostiene al gobierno es el ideal para encarar las transformaciones de avanzada que necesita nuestra sociedad. Sin embargo, en el complejo dispositivo político al que debe apelar el gobierno, que incluye al Partido Justicialista, conviven sectores que se identifican con un peronismo de izquierda nacional y popular, como la propia Cristina Fernández de Kirchner con otro ligados a expresiones mas conservadoras y aun otros francamente reaccionarios y oportunistas, que si bien es cierto cada vez con menor influencia, tienen aun alguna gravitación.
Precisamente por eso, la etapa que vivimos es propicia para que el Socialismo, en sus diversos afluentes, asuma un rol protagónico al interior del proyecto nacional, popular, democrático y latinoamericanista iniciado en Argentina en el año 2003.
Reconociendo las dificultades inherentes a su propia complejidad, enfrentando la campaña de hostigamiento permanente del poder económico concentrado y su correlato mediático, todos los sectores que suscribimos esta declaración sentimos la necesidad de crear una instancia de coordinación común de todos los socialistas que consideramos una necesidad concreta. Esto es posible porque en toda la geografía nacional, compañeras y compañeros que provienen de la misma tradición y sienten la misa responsabilidad, nunca bajaron los brazos y siguieron trabajando políticamente en un mismo sentido.
Unos militando en instancias territoriales y sectoriales, otros desempeñando representaciones legislativas, y algunos desde su responsabilidades ejecutivas en Municipios, Provincias y Nación, somos muchos los que trabajamos políticamente desde un socialismo que reconoce valores universales pero que se expresan en nuestra propia realidad histórica, en nuestro propio contexto como Nación y como región. Animados con esa visión abarcadora y a la vez concreta nos asumimos como protagonistas activos y no simples comentaristas del proceso de cambios.
Animados de esos ideales y con ese compromiso nos disponemos hoy a comenzar a construir una fuerza militante convergente, un instrumento amplio, federal, democrático, capaz de impulsar un programa a la vez realista y ambicioso, donde se actúe con convicción y se garantice pluralidad, diversidad, un ámbito donde circulen libremente las ideas y en el que la participación caracterice a la práctica política en común.


Fundados en este análisis de la situación nacional, regional e internacional; herederos de una tradición que, con sus luces y sus sombras estuvo siempre signada por el compromiso con los intereses del pueblo trabajador. y comprometido desde nuestra propia identidad con los procesos de cambios que viven el país y la región es que quienes suscribimos el presente documento damos por constituida la Confederación Socialista Argentina, instancia que respetando las peculiaridades de cada distrito aprovechará todas las potencialidades para construir el socialismo argentino, popular, democrático y latinoamericano que demanda éste tiempo

Plaza 24 de Marzo 2001

Plaza 24 de Marzo 2001
Mariano Fernández Martín